El 16 de Mayo de 2001 ha quedado grabado como uno de los
días más importantes de la historia del Alavés. Corría la temporada 2000/2001 y
el Alavés se había clasificado para la Copa de la UEFA, lo que se consideraba
un gran logro.
Lo que nadie se
esperaba es que el equipo vitoriano iba a llegar a la mismísima final, pero
para conseguir llegar hasta la final tuvo que pasar un largo recorrido: el
primero en caer fue el Gaziantepspor, tras empatar a cero en casa y vencer en
Turquía 3-4. Después cayó el conjunto sueco del Lillestrom. Poco más tardes
sería el Rosenborg el siguiente eliminado. En octavos de final tocaba el Inter
de Milán.
Lo que en teoría iba a ser un paseo interista se convirtió
en un sueño alavesista. La ida, disputada en Mendizorroza, terminó empate a
tres, y en la vuelta, el Alavés dio la sorpresa al vencer por 0-2. En cuartos
de final cayó el Rayo Vallecano y, en semifinales, el Kaiserslautern, a quién
vapuleó tanto en Vitoria (5-1), como en Alemania (1-4).
Así, en la final esperaba el Liverpool, que entrenado por
Gerard Houllier, volvía a una final europea varios años después. El Liverpool
salió al ataque desde el primer minuto, y el Alavés no sabía ni por donde le
venían. Cuando quiso enterarse de la final, ya iba por detrás en el marcador
por dos tantos a cero tras marcar Babbel y Gerrard. Pero entonces Mané movió
fichas y retiró del campo a Eggen para dar entrada a Iván Alonso. Así, pasó a
jugar con una defensa de tres, y en el minuto 27 recortó distancias con un gol
del recién entrado al campo. Pero antes de llegar al descanso McCallister
convirtió un penalti para poner el 3-1 en el marcador. El Liverpool ya se veía
campeón cuando dos goles casi consecutivos de Javi Moreno llevaron el empate a
tres en el marcador.
El Liverpool siguió apretando y Fowler hizo el cuarto a
falta de quince minutos. Pero, cuando la final estaba decidida, un cabezazo de
Jordi Cruyff a la salida de un córner mandó el partido a la prórroga. Al final,
un gol de Geli en propia puerta hizo que el sueño de Mané y sus hombres se
fuera al limbo debido a que la norma vigente indicaba que la prorroga se
terminaría al haber gol de oro.
Ese Alavés no consiguió proclamarse campeón, pero se ganó el
respeto de cualquier aficionado al fútbol.